El origen del Tomate tiene sus raíces en América y su llegada a Europa enriqueció su gastronomía hasta el punto que es un producto importante en la gastronomía europea actual.
Su origen se localiza en la región andina que se extiende desde el sur de Colombia hasta el norte de Chile. La planta fue llevada por los distintos pobladores de un extremo a otro, extendiéndose por todo el continente.
El tomate fue introducido en Europa en el siglo XVI. Al principio, se cultivaba sólo como planta decorativa. A partir de 1900, se extendió el cultivo como alimento humano. Actualmente el tomate se cultiva en toda América y casi en la totalidad de países en el mundo.
Los aztecas y otros pueblos de Mesoamérica utilizaban la fruta en su cocina. La fecha exacta de la domesticación es desconocida : se estima en 500 años antes de Cristo ya estaba siendo cultivada en el sur de México y probablemente otras áreas de Mesoamérica.
Los mayas y otros pueblos de la región lo utilizaron para su consumo, y se cultivaba en México meridional, y probablemente en otras áreas hacia el siglo XVI. Dentro de las creencias del pueblo, quienes presenciaban la ingestión de semillas de tomate eran bendecidos con poderes adivinatorios. El tomate grande y grumoso, una mutación de una fruta más lisa y más pequeña, fue originado y alentado en Mesoamérica. Esa variedad indica que es el antepasado directo de algunos tomates modernos cultivados.
Los españoles distribuyeron el tomate a lo largo de sus colonias en el Caribe después de la conquista de América. También lo llevaron a Filipinas y por allí entró al continente asiático.
Su llegada a Europa
El conquistador español Hernán Cortés pudo haber sido el primero en transferir el tomate a Europa después de haber capturado la ciudad azteca de Tenochtitlán, hoy Ciudad de México, en 1521.
La primera mención del tomate en la literatura europea apareció en un escrito de hierbas en 1544 por Pietro Andrea Mattioli, un médico y botánico italiano, quien sugirió que un nuevo tipo de berenjena se había señalado a Italia, que era de color rojo sangre o color dorado cuando está maduro y puede ser dividida en segmentos y se come como una berenjena. Diez años más tarde los tomates fueron nombrados en la impresión por Mattioli como pomi d'oro, o “manzana de oro” de ahí el nombre de pomodoro en italiano. En Nápoles se descubrió un libro de cocina con recetas a base de tomate que fue publicado en 1692, aparentemente el autor obtuvo sus recetas de fuentes españolas.
En Gran Bretaña el tomate se comenzó a cultivar en 1590. Uno de los primeros cultivadores fue John Gerard, un herborista y botánico inglés.
No existen referencias del uso y el cultivo del tomate en España, sin embargo en el siglo XVI se inició la proliferación, divulgación y uso en Europa, en el siglo XVIII se había extendido por Europa y hoy día es un producto habitual y muchos desconocen que su origen fue americano.
El tomate es uno de tantos casos en donde América enriquece la gastronomía europea y mundial.