La dieta mediterránea más que una dieta es un estilo de vida sano y saludable. En 50 años de vida ha tenido muchos cambios y variaciones pero el concepto general es un equilibrio y un estilo de vida.
La dieta mediterránea se considera una dieta saludable porque aporta sustancias nutricionales verdaderamente cardioprotectoras, de las cuales las más importantes son los antioxidantes. Éstos impiden la oxidación del colesterol LDL, evitando así que se adhieran a las paredes celulares de las arterias.
La dieta mediterránea aporta otras sustancias antioxidantes: las vitaminas E, A y C, los flavonoides y los polifenoles, siendo la primera la más importante. De hecho, en un estudio de 1991 se percibió la falta de vitamina E como uno de los principales predictores de riesgo de colesterol e hipertensión, y en otro estudio de 1993 se sugiere que incluir vitamina E en la dieta reduce la mortalidad cardiovascular.
En los países mediterráneos la pirámide de la dieta mediterránea se ha actualizado para adaptarse al estilo de vida actual en la nueva pirámide de la dieta mediterránea. Se recomiendan unas proporciones de los distintos grupos de alimentos, la composición de las comidas principales y además se incorporan la manera de seleccionar, cocinar y de consumir dichos alimentos.
La dieta mediterránea, como se planteó inicialmente, nunca ha sido consumida tradicionalmente en ningún país mediterráneo. Los estudios muestran que el consumo de huevos, por ejemplo, se situaría en torno a los diez huevos por semana, el consumo de carnes o pescados es diario, y el consumo de helados y otros dulces era comparable al de fruta como postre, etc. Cuando se analizó la dieta en los años 1950, la comida estaba bastante racionada.
Se apoyó en la imagen de salud proyectada por los países mediterráneos entre los estadounidenses para formular una dieta más racional, pues la dieta norteamericana de su época abusaba del consumo de ciertos productos (carne, huevos y mantequilla) e ignoraba otros (verduras y pescado). Finalmente se plantea una dieta en la que predominan los productos vegetales, complementada con cantidades justas de carne y pescado.
Interpretando la pirámide de la dieta mediterránea
En el nivel superior de la pirámide están los alimentos y productos que se deben consumir con menos frecuencia y así bajando en la pirámide en donde la base de la pirámide lo conforman los alimentos más importantes y de consumo frecuente.